Doce miembros de Médicos Sin Fronteras (MSF) y diez pacientes
—entre ellos, tres niños— han muerto este sábado al ser bombardeado por EE UU
un hospital en la ciudad de Kunduz (Afganistán). Otras 37 personas se
encuentran heridas de gravedad (19 de ellas también son personal de MSF),
informó la ONG en un comunicado. Los heridos más críticos han sido trasladados
al hospital Puli Khumri.
El hospital resultó “muy dañado” en un bombardeo “prolongado”
lanzado a las 2.10 h de la mañana del sábado hora local (23.40 h del viernes,
hora peninsular española), pese a que desde MSF aseguran que habían enviado
hace días las coordenadas GPS del hospital tanto a la OTAN como a las
autoridades afganas. Esta organización denuncia que el bombardeo continuó
“durante 30 minutos después de que se informara a responsables militares de
Kabul y Washington”.
Poco después, el Gobierno afgano confirmó que fueron fuerzas
estadounidenses quienes bombardearon este hospital, mientras que el secretario
de Defensa de Estados Unidos, Ash Carter, aseguró que Washington efectuará una
“investigación completa” sobre el ataque. “La zona ha sido escenario de
intensos combates de los últimos días. Las fuerzas estadounidenses en apoyo de
las Fuerzas de Seguridad afganas estaban operando cerca, al igual que los
combatientes talibanes”, añadió el jefe del Pentágono.
“Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el
bombardeo), pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el
hospital”, justificó también el portavoz del Ministerio del Interior afgano,
Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
Las fuerzas de seguridad afganas recuperaron este sábado el
control total de la norteña ciudad de Kunduz con apoyo aéreo de Estados Unidos,
después de que ésta hubiese sido tomada por los talibanes el pasado lunes.
Bombardeo a intervalos
Desde las 2.08 (hora local) hasta las 3.15 h, el área de
traumatología del hospital de MSF en Kunduz fue golpeada por una serie de
bombardeos aéreos, que caían aproximadamente con intervalos de 15 minutos, ha
explicado MSF en un comunicado.
Las imágenes difundidas tras el ataque mostraban parte del
austero centro sanitario de planta baja calcinado por las llamas, mientras los
supervivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas.
El
edificio principal del hospital, que alberga la unidad de cuidados intensivos,
salas de emergencia y la sala de fisioterapia, fue golpeado repetidamente con
mucha precisión durante cada incursión aérea, mientras que los edificios
circundantes quedaron mayormente sin tocar, ha agregado la nota de MSF.
Un ataque abominable
“Se trata de un ataque abominable y una grave violación del
Derecho Internacional Humanitario”, ha calificado Meinie Nicolai, presidente de
MSF. “Exigimos una total transparencia de las fuerzas de la coalición. No
podemos aceptar que esta horrible pérdida de vidas simplemente sea calificada
como ‘daños colaterales”.
“Estamos consternados por el ataque, la muerte de nuestro
personal y el gran daño que ello supone para la sanidad en Kunduz”, indicó por
su parte el director de operaciones de MSF, Bart Janssens. “Urgimos a todas las
partes a respetar la seguridad de nuestras instalaciones y personal de
sanidad”, añadió Janssens.
Desde el lunes, Médicos Sin Fronteras ha tratado en Kunduz a 394
heridos, y cuando se produjo el ataque aéreo sobre el hospital a primera hora
del sábado había en el centro 105 pacientes, sus cuidadores y más de 80
miembros nacionales e internacionales de MSF. Este hospital de MSF es la única
instalación con servicios de traumatología y cirugía en toda la región del
noreste de Afganistán.
ONU: “Podría ser un crimen de guerra”
Por otro lado, la ONU manifestó que si un tribunal estableciera
que el ataque ocurrido en Kunduz fue deliberado constituiría un crimen de
guerra. “La gravedad de este incidente se refuerza por el hecho de que, si
fuera considerado como deliberado por una corte de justicia, el bombardeo de un
hospital puede ser un crimen de guerra”, dijo el responsable de derechos
humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein.
El alto comisionado señaló que este hecho es “trágico,
inexcusable y posiblemente criminal”. “La aviación militar afgana e
internacional tiene la obligación de respetar y proteger a los civiles en todo
momento, y las instalaciones médicas y su personal son objeto de una protección
especial”, recalcó.
Zeid recordó que esta obligación se aplica a cualquier fuerza
aérea involucrada, independientemente de la localización del ataque.
Fuente: 20Minutos
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