El amigo Risto Mejide hace mucho que se quitó la careta pero con
su entrevista de anoche a Paco Arcadio ha quedado definitivamente retratado. Se
ha mostrado como la persona indecente e inmoral que es, por mucho que vista esa
pose de moralismo de pastel y de superioridad moral recubierta de ropa cara y
gafas de diseño. Enfrente suya tenía a un chaval de poco más de 20 años, bien
formado ideológicamente y con la cabeza muy bien amueblada,
inteligente, dándole un ejemplo de compromiso, lucha, empatía por el sufrimiento
ajeno, valentía y solidaridad internacionalista, narrándole cómo fue capaz de
poner su propia vida en juego para defender a una pobre gente a la que están
masacrando unos auténticos degenerados terroristas con la complicidad de las
potencias occidentales y al “señor” lo único que
se le ocurre decirle, dejando realmente estupefacto a cualquier persona que lo
estuviera escuchando y sintiese un mínimo de aprecio por el valor de la vida de
las personas a las que Paco ayudó con su lucha a no ser masacradas, es que es
un “terrorista”.
Es más,
al parecer al ISIS, esos mismos que la propia prensa española presenta como
auténticos demonios y de cuyas acciones nos advierten cada día como el peor de
los males existentes hoy sobre la tierra, hay poco menos que combatirlo con
florecitas si eres kurdo y no tienes un ejército regular reconocido por la
“legalidad internacional”… o tal vez sería mejor dejar que esclavicen a sus
mujeres, les corten las cabezas a sus hombres, vendan a los niños y niñas como
carne en el mercado, y arrasen con todo lo que pillen en aquel sufrido
territorio. Porque mientras no lo permita la ley no se les puede combatir con
las armas en la mano, y mucho menos sin antes haber llamado a un “abogado” para
intentar resolver, legalmente, el “pequeño” problema que viven en esas tierras
con esa “gente”. Cualquier cosa que pase por la “ley”, pero eso de irse allí, a
“jugar a los soldaditos” en su defensa, no se puede tolerar y además es propio,
ya decimos, del terrorismo internacional. Hay que ser muy, muy, muy mala
persona, y tener muy poca dignidad y sentido de la vergüenza, para decirle a
alguien que te está contando todo lo que estaba contando Paco, que se fue allí
a “jugar a los soldaditos”. El desprecio por la vida que se esconde tras semejantes
palabras sí que debería ser de verdad considerado un delito. Sinvergüenza.
Pero lo
mejor fue luego ver, acto seguido, como se le caía la baba, literalmente, con
la presencia en el programa de Ágatha Ruíz de la Prada, que solo le faltó besar
el suelo por donde pisaba. Eso sí, al pobre Risto le ofendió mucho que la
señora le dijera que la tela de su camisa era de baja calidad. Por favor, cómo
se le ocurre decirle eso delante de toda la audiencia y así, sin vaselina ni
nada. Menuda humillación pública. A él, tan burgués, tan elegante, tan bien
vestido siempre, tan dispuesto a ser un fiel esclavo de la imagen y los valores
burgueses. Intolerable.
En fin,
lo de siempre, lo de todo perrito faldero de los poderosos, lo de todo lacayo
del régimen burgués, consumista y capitalista comprado a cambio de un poco de
fama y dinero: puño de hierro y desprecio para el de “abajo”, guante de seda y
admiración para los de “arriba”. He de reconocer que sentí un profundo asco
viendo la entrevista. Y por lo que leo en twitter, donde fue TT la etiqueta del
programa durante muchas horas, no fui el único. Los comentarios en contra del
tratamiento que Risto dio a su “invitado” y los ataques personales al propio
Risto se contaron por miles.
Y es que
en esa entrevista se pudieron ver claramente dos ejemplos de personas muy
diferentes: el de una persona que desde el anonimato ha hecho más grande
aquello de moverse en la vida por defender las causas más justas que hacen más
grande y digna a la humanidad y el de otro que no sirve ni para ocupar un
espacio en la papelera de reciclaje del basurero de la historia. Lo terrible,
eso sí, es que el primero es que el esta sociedad “bienpensante” considera un
“terrorista” y el otro, el segundo, un “hombre de éxito”.
-Oiga que los nazis están masacrando a los judíos en cámaras de
gas y los están exterminando en los guetos.
-Llama a un abogado.
-Qué carajo un abogado, me voy al gueto de Varsovia a luchar con esa pobre gente para evitar que sean exterminados.
-Terrorista.
-Llama a un abogado.
-Qué carajo un abogado, me voy al gueto de Varsovia a luchar con esa pobre gente para evitar que sean exterminados.
-Terrorista.
Básicamente en eso se puede resumir la entrevista. Y básicamente
a eso se puede reducir la mentalidad “burguesa” que el sistema nos impone cada
día como norma de vida y como “grandes valores morales” a respetar. En el fondo
es como si la guerra aquella la hubieran ganado los “malos” y no hubiéramos
aprendido nada de la historia.
Así va el mundo y así vemos todo lo que vemos a diario. Eso sí,
luego se mostrará muy “apenado” por los refugiados y se considerará a sí mismo
una persona muy “solidaria” y “humanista”. Hasta es posible que ponga su rostro
para apoyar alguna campaña de apoyo a los mismos. Que eso sí que vende mucho su
imagen de marca en esta sociedad, como bien sabe el publicista de moda entre el
cuñadismo patrio.
Fuente: Kaos en la Red
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